La Conferencia Episcopal Argentina reclamó un plan alimentario nacional y ratificó su apoyo a los comedores populares
Su titular, Monseñor Ojea, presidió la misa en reconocimiento a las mujeres trabajadoras de comedores populares y reclamó una estrategia contra el hambre. «Cómo nos ha pegado la globalización de la indiferencia», dijo.
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) realizó una misa en honor a las mujeres líderes de los comedores populares a lo largo de Argentina. Fue monseñor Oscar Ojea, su presidente, quien encabezó el evento litúrgico que no solo subrayó la necesidad de solidaridad durante la crisis sino que exigió un plan nacional alimentario, un tema resonante en línea con el escándalo de los alimentos que salpicó al Ministerio de Capital Humano en el último mes.
Desde el santuario de la Virgen de Caacupé y San Blas, ubicado en La Matanza, Buenos Aires, monseñor Ojea expresó un profundo reconocimiento hacia las cocineras de comedores comunitarios, quienes, según sus palabras, «alimentaron a cientos de miles de personas en los momentos más difíciles de la pandemia y continúan siendo un pilar fundamental en la lucha contra el hambre en nuestro país».
En tanto, el religioso destacó que la pandemia de coronavirus exacerbó las desigualdades existentes en Argentina, donde muchas familias pasaron a depender de la ayuda de estos centros de asistencia. Este gesto de gratitud no solo celebró la dedicación de las cocineras, sino que también resonó como un llamado a la acción frente a las crecientes disparidades sociales.
Por otro lado, lamentó la «globalización de la indiferencia» que enfrenta nuestra sociedad moderna y exhortó a una mayor responsabilidad individual y colectiva hacia los más necesitados. En la misa, se expresó además la necesidad de una opción por un plan nacional alimentario, que pueda «asegurar la llegada de comida a todas las familias argentinas que lo necesiten».
«Yo también soy responsable de las necesidades de mi hermano, no me puedo desentender. No nos podemos confundir, y menos en una emergencia y en una crisis», planteó el presidente de la CEA.
La relación entre la iglesia católica y Javier Milei
La misa presidida por Ojea ocurrió unos meses después del primer encuentro entre las autoridades eclesiásticas y el presidente Javier Milei, en un intento de acercar posiciones luego de que la institución criticara el cese del envío de alimentos a comedores populares al principio del gobierno libertario. «La comida no puede ser una variable de ajuste«, habían pronunciado en su momento.
En esta oportunidad, la homilía encabezada por Ojea para mostrar gratitud y solidaridad a las trabajadoras sociales ocurrió en el marco de la resolución judicial del escándalo relacionado con la distribución de 5 mil toneladas de alimentos acopiadas en el Ministerio de Capital Humano.
A esto sumó que, según informes recientes, la fundación encargada de su distribución -Conin- denunció la venta ilegal de 87 mil kilos de leche en polvo destinados a Las Heras, Mendoza. Esta situación suscitó críticas generalizadas hacia la gestión ministerial y resaltó las deficiencias en la logística y el control de los recursos destinados a la asistencia alimentaria.
«Con la comida no»
Al finalizar la misa, monseñor Ojea, acompañado por los obispos, bendijo las manos y la vida de las mujeres que fueron honradas en la celebración. Luego de la Eucaristía, las cocineras de los comedores que estaban presentes recibieron, como símbolo de unidad y hermandad, una banda con los colores de la bandera argentina.
La misa presidida por monseñor Oscar Ojea destacó como un llamado a la solidaridad y la justicia social. Pero sin descuidar la realidad socioeconómica. Si bien no hizo alusión a la coyuntura de manera directa, pidió por un «plan alimentario nacional», en un guiño al gobierno de Milei.
Como cierre de la ceremonia, los curas de villas y barrios populares leyeron el documento «Con la comida, no«, donde expresan que, «así como la bandera argentina flamea en todos los rincones de la patria, queremos que a ningún hermano le falte el pan. Es tarea de todos».
Fuente: Perfil / Editor EM