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El increíble traslado por la ruta de una pieza simbólica para mantener viva la memoria de Malvinas

Un grupo de Veteranos de Guerra de Luján recuperó un avión Grunman Tracker similar a los que combatieron en el conflicto de 1982. Será restaurado y puesto en valor para instalarlo en el Monumento a los Caídos, creado en 1984 en esa ciudad bonaerense.

La mole metálica de 8 metros de ancho y 10 toneladas posada en el acoplado de un camión ocupó los dos carriles de cinco rutas bonaerenses, hasta alcanzar el punto final el sábado 18 de mayo. El periplo desde Bahía Blanca hasta Luján demandó un lento viaje de dos días, en medio de un despliegue material y humano necesario para apelar a la sensibilidad de la sociedad hacia el reclamo argentino sobre las Malvinas.

A lo largo de esa travesía de más de 800 kilómetros, los integrantes de la Federación de Veteranos de Guerra de Luján trasladaron desde un hangar de la Base Aeronaval Comandante Espora un avión Grunman Tracker S 2-G, un modelo gemelo de las aeronaves de combate submarino utilizados durante el conflicto bélico de 1982.

“Los aparatos similares que combatieron en Malvinas quedaron destruidos o fueron enviados a desguace. Si bien este que queremos recuperar -con capacidad para realizar vuelos de ataque y reconocimiento- no fue enviado a la guerra va a ser reparado y puesto en valor durante al menos seis meses en el Aeroclub de Luján, para que luego sea instalado en el Monumento a los Caídos en Malvinas, en la entrada a la ciudad”, señala Enrique Álvarez, presidente de la agrupación de Luján que nuclea a los soldados que tomaron parte de la guerra del Atlántico Sur.

El dirigente -uno de los referentes más reconocidos entre los 120 conscriptos lujanenses empujados a la guerra hace 42 años- alza la voz a la hora de subrayar las premisas en estos tiempos atravesados por ciertas expresiones negacionistas: “la exhibición del avión a los ojos de los vecinos y los visitantes de Luján apunta a la urgente necesidad de ‘malvinizar’ y llevar lo más alto posible la bandera de esta causa noble que nos une a todos. Hay que mantener intacta la memoria y el justo reclamo de nuestra soberanía”.

El desafío despuntó hace un año, cuando una representación de los Veteranos de Luján se sumó a una reunión convocada por autoridades de la Armada y la Federación de Veteranos de Guerra de la Provincia de Buenos Aires y manifestó su intención de dejar un legado en el memorial de Luján, el primer monumento en homenaje a los héroes de Malvinas creado en el país. A ese acto fundacional, realizado con las emociones y el dolor aún a flor de piel en 1984, había asistido el entonces recién asumido presidente Raúl Alfonsín.

La respuesta esperada, rápida y directa, llegó de boca del contralmirante Eduardo Suárez del Solar -entonces secretario general de la Armada-, que les ofreció en carácter de donación la entrega de la aeronave en desuso y sin visos de volver a despegar.

A partir de ese primer paso decisivo, los veteranos se propusieron resolver la complicada misión del traslado. El panorama empezó a despejarse con el decidido apoyo del intendente de Luján, Leonardo Botto. Detrás de él cerraron filas los Bomberos Voluntario de Luján, la Asociación Patria, Amistad y Servicio -creada en 1982 para juntar ayuda y destinarla a los combatientes de Malvinas-, agentes de Vialidad y el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.

“Todo el operativo no hubiera sido posible si no hubiéramos contado con la enorme mano que nos dio nuestro vecino lujanense Guillermo Huici, que aportó el enorme camión con carretón y grúas. No nos cobró un centavo para un traslado que cuesta más de 50 millones de pesos”, pondera Daniel Torandell, que a sus 18 años, cuando fue enviado a combatir a las Malvinas, era “colimba” en el Regimiento de Infantería 6, en Mercedes.

Finalmente, la larga marcha del avión investido de un alto valor simbólico trascendió los límites del trámite burocrático. Cada una de las escalas que aparecían a los costados de las rutas 51, 226, 205, 41 y 47 fue improvisada por los pobladores y autoridades locales para celebrar un sencillo acto de reconocimiento de la lucha de los veteranos y reivindicación del derecho que asiste al Estado argentino sobre las Malvinas.

En Pringles, Olavarría, Bolívar, Saladillo, Roque Pérez, Lobos y Navarro, Álvarez, Torandell y otros ex soldados fueron conmovidos por múltiples expresiones de la memoria intacta, acabadas muestras de la reacción popular que esperan despertar en Luján. “Mínimamente tenemos que pelear por la Causa Malvinas hasta nuestro último día”, anuncian sin dejar margen a los que dudan.

Fuente: Clarín /AGP / Editor EM