Boca Juniors le saco el invicto a Rosario Central y es puntero
Con un gol de Giménez y varias chances desperdiciadas por Cavani, el Xeneize ganó y es el nuevo líder de la Zona A del Torneo Apertura.
Siete días en la vida de Boca podría ser el título de una película llena de aventuras, de color y de sentimientos expresados a través de la pasión. En este caso, no alcanzarían los guiones y la imaginación para siquiera empardar lo que se vivió en el particular Mundo Xeneize en tan sólo una semana. En parte porque ya hay sobradas muestras de que la realidad -en el fútbol- suele superar a la ficción. Y también porque no es muy común asistir en ese corto lapso tres veces a la Bombonera para ver al equipo en situaciones tan distintas: de la eliminación ante Alianza Lima al triunfo sobre Rosario Central por 1 a 0 con gol de Milton Giménez. Con este resultado, el equipo de Fernando Gago sumó su cuarta victoria al hilo y escaló a lo más alto de la Zona A del Torneo Apertura con 17 puntos, dos más que Estudiantes, Tigre y Argentinos Juniors, todos ellos con un partido menos.
Porque la noche del viernes terminó de cerrar el círculo que llevó al equipo de Fernando Gago de la esperanza y el apoyo popular del sábado anterior (el de la victoria por 2 a 1 ante Aldosivi), de cara a una final inesperada y anticipada, a pasar por el pánico de ver esfumarse lo imposible y alcanzar la desazón con la eliminación a manos de Alianza Lima, antes del estado de protesta, reclamo y -por qué no- algo de orgullo herido y en recuperación por la victoria a destiempo en esta lluviosa noche ante Rosario Central.
Nada de todo esto podría explicarse sin tomar en cuenta el pulso del clima externo, el que se fue trasladando desde las calles hasta las tribunas en cada uno de los partidos, pero con mucha más trascendencia en lo que pasó este 28 de febrero, el día que se inauguró un año distinto para el Xeneize. El año sin Copas.
En ese sentido, la gente de Boca y la Bombonera en sí misma volvieron a expresarse. Primero, dando su parecer ante cada micrófono que en la previa buscaba un responsable para el fracaso reciente. Con una marcada culpabilización a la dirigencia del club, encarnada -por supuesto- en su presidente Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol. Claro que parte de esa responsabilidad incluía en las respuestas la indecisión por la situación del DT.
Porque en la escala de apuntados, el que seguía era Fernando Gago, justamente uno de los dos reprobados por la multitud una vez que la voz del estadio lo nombró. Uno de los, porque el otro también fue notorio y hasta simbólico: nada menos que el capitán (o ex, o sub) Marcos Rojo. Después, llegó el cancionero especial para la ocasión, el cuál se llevó puesta a la salida del equipo para jugar el partido. Y con él, un poco de vuelta a la normalidad.
Porque, claro, había que jugar un partido. Y Boca lo hizo casi como si no hubiera pasado nada. Salió como liberado de las presiones y jugando simple. Los cuatro cambios que el DT mandó a la cancha de arranque no explican -o sí- que el equipo haya tenido la reacción para pasar de la pálida imagen de la noche ante Alianza a esta muestra de carácter ante el puntero del campeonato. Otra vez, como contra los peruanos, se puso en ventaja rápidamente. Otra vez le costó ampliar el marcador. Y aunque esta vez no se lo empataron, otra vez sufrió llegando al final.
Para cuando llegó el final, ya el clima era de fiesta y la lluvia sumaba a una escena que los hinchas tantas veces vivieron en el mismo lugar en el que hace apenas 72 horas sufrieron una profunda decepción, a causa de una victoria a la que le faltó un gol para ser de clasificación y futuro. Ah, porque por si alguien no lo recuerda, en estos últimos siete días Boca jugó y ganó tres partidos de tres.
Fuente: AGP / Olé
Editor: EM