El origen de la vida ¿revelado por la NASA?
Por Dr. Antonio Las Heras. (Exclusivo).- El hallazgo de partículas en un meteorito investigado por la Agencia Espacial, podría reescribir la historia
Apoco más de un año de haber comenzado a investigar muestras extraídas de un asteroide, la NASA confirmó haber hallado la presencia de moléculas orgánicas idénticas a las que forman parte del ADN y el ARN terrestres.
Este hallazgo en el asteroide Bennu, uno de los tantos que giran entre la órbita de Marte y Júpiter, no sólo podría reescribir el origen de la vida en la Tierra sino también el origen del psiquismo humano.
A pesar de todo cuánto la ciencia lleva descubierto, la mayoría son hipótesis que no alcanzaron confirmación suficiente.
Qué fue lo que provocó que el homo viviera en cavernas durante casi cuatro millones de años, para hacer un cambio repentino hace unos 11.650 años, en lo que la geología denomina el fin del Pleistoceno, para dar nacimiento al “hombre moderno”, sigue siendo un enigma.
De repente, surge el libre albedrío, el pensamiento racional reflexivo y la capacidad creativa. ¿Qué fue lo que generó ese cambio sin que surgiera un proceso de evolución sino un acontecimiento repentino? Tal vez los datos obtenidos de las muestras del suelo del asteroide Bennu, ayuden a entenderlo.
Muestras traídas a la Tierra por la misión OSIRIS-REx de la NASA confirman la presencia de moléculas orgánicas esenciales para la vida; entre ellas aminoácidos y nucleobases. Se trata de los mismos componentes que conforman el ADN y el ARN terrestres.
Pero lo más impactante es que estos materiales no son fruto de procesos biológicos, sino que se formaron en el espacio, lo que refuerza la idea de que los bloques fundamentales de la vida podrían haber llegado en meteoritos que se estrellaron sobre la superficie terrestre, de manera tal que combinándose con sustancias que ya había aquí hace cientos de millones de años fueron dando lugar a la evolución de las formas de vida.
Los resultados de estas investigaciones, que fueron publicados en las revistas Nature y Nature Astronomy, van más allá de la simple detección de moléculas biológicas.
Los científicos encontraron indicios de que Bennu albergó agua líquida en el pasado; o sea, un ingrediente clave para la formación y evolución de moléculas orgánicas complejas. Investigadores de la Universidad Estatal de Arizona analizaron 121,60 gramos de material recogido del asteroide que orbita desde hace unos 4.600 millones de años.
Aunque el objetivo principal era buscar los componentes químicos del “caldo primordial” que habría dado origen a la vida en la Tierra, los científicos se encontraron con algo aún más sorprendente: posibles evidencias de estructuras moleculares que podrían haber favorecido la aparición de la conciencia incluso antes que la vida misma.
Lo cual, pone en jaque todo lo dicho sobre procesos evolutivos de vida en la Tierra. El análisis del material recogido en el asteroide reveló la presencia de 14 de los 20 aminoácidos necesarios para formar proteínas, así como las cinco nucleobases esenciales para el ADN y el ARN
También se encontraron sales que apuntan a que el objeto del cual provino Bennu podría haber contenido un entorno químico similar al de la Tierra de un pasado remoto.
INVESTIGACIÓN: EL NACIMIENTO DEL PSIQUISMO HUMANO
Los investigadores de la Nasa también encontraron en Bennu moléculas orgánicas en anillo -estructuras de carbono conocidas como compuestos aromáticos- que, al formar redes cristalinas periódicas, podrían comportarse como osciladores cuánticos.
Según el Dr. Stuart Hameroff, anestesiólogo retirado y experto en estudios sobre la parte de nuestro psiquismo que denominamos conciencia, estas formaciones serían capaces de generar resonancias similares a las que permiten la existencia de lo que entendemos por conciencia y que para su manifestación requiere de las neuronas humanas.
En palabras del físico Anirban Bandyopadhyay, otro colaborador del equipo, este fenómeno podría compararse con la vibración armónica de un cuenco tibetano: una “música del Universo” que, al interactuar con las estructuras adecuadas, daría origen a experiencias conscientes.
Ahora los científicos esperan hallarlo también en los fragmentos de Bennu.
Aunque el asteroide no contiene células ni cerebros, Hameroff teoriza que los primeros organismos unicelulares pudieron haber buscado estas chispas de conciencia, reorganizándose para repetir la experiencia, lo que habría impulsado la evolución misma.
Este descubrimiento no solo plantea nuevas preguntas sobre nuestros orígenes, sino que también desafía la visión tradicional de la conciencia como un mero subproducto de la actividad cerebral.
(*) Doctor en Psicología Social, parapsicólogo, filósofo, historiador.