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José Luis Espert, una historia negra que lo acecha

La trastienda de cómo el principal candidato del Gobierno en la Provincia quedó manchado por aportes de dudosa procedencia. La sombra de «Fred» Machado.

José Luis Espert, el economista que se hizo famoso con el eslogan “cárcel o bala”, enfrenta ahora una trama que lo deja en contradicción con su propio discurso. Documentos judiciales lo vinculan con Federico “Fred” Machado, empresario argentino radicado en Florida, hoy acusado en Estados Unidos de narcotráfico y fraude.

En la contabilidad incautada por fiscales texanos aparece un asiento del 1° de febrero de 2020: una transferencia de 200.000 dólares a nombre de Espert, proveniente de Aircraft Guarantee Corp, la firma de Debra Lynn Mercer-Erwin, condenada en 2024 a 16 años de prisión. El dinero, según la acusación, era parte de un esquema Ponzi que utilizaba fideicomisos para registrar aviones y encubrir maniobras de contrabando de cocaína.

El problema es que Espert jamás declaró ese aporte. La investigación de su campaña presidencial de 2019 muestra que Machado no solo puso plata sino también logística: un jet privado y una Jeep Grand Cherokee blindada, a nombre de su primo Claudio Cicarelli. Incluso existe un video del candidato agradeciéndole por “el excelente vuelo” tras aterrizar en Viedma.

La camioneta se volvió prueba incómoda: en agosto de 2019 recibió dos piedrazos en pleno centro porteño. La causa confirmó que estaba registrada en el entorno del empresario. Fue entonces cuando esta revista reveló que Machado era el hombre detrás del financiamiento. Testigos aseguran que el total de los aportes pudo trepar a 700 mil dólares. Ese mismo año, Espert adquirió una casa en San Isidro, un BMW 0 km y constituyó junto a su esposa la sociedad Varianza SA, con inconsistencias en las fechas declaradas.

Machado, por su parte, construyó su fortuna en Miami con la firma South Aviation. Para la Justicia de Estados Unidos, todo era fachada: de 190 operaciones detectadas, apenas diez eran legítimas. El resto, maniobras fraudulentas. Muchos de esos aviones terminaron cayendo o siendo incautados con droga en Centro y Sudamérica. En 2021, requerido por la Justicia texana, huyó y terminó detenido en Neuquén. Desde entonces cumple prisión domiciliaria en la casa de su madre en Viedma, mientras su abogado Francisco Oneto —también defensor de Milei y de Espert— busca frenar la extradición.

En entrevistas, Machado niega vínculos con el narcotráfico, aunque admite el fraude financiero: “Los clientes pensaban que invertían en aviones, pero era en una mina en Guatemala”. Su discurso no despeja el dato duro: varios de esos aviones estaban cargados de cocaína.

Cuando cayó detenido, la relación con Espert se hizo pública. El economista lo relativizó como una “operación política”. La tensión coincidió con su ruptura con Javier Milei: pasaron de aliados a enemigos. Milei llegó a decir que en 2021 le ofrecieron 300 mil dólares para bajarse de una candidatura. Con el triunfo presidencial de 2023, el reencuentro fue inevitable: Espert volvió al frente libertario, pero las cuentas pendientes siguieron abiertas.

Hoy, en plena campaña legislativa de 2025, Espert aparece como candidato central de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Ante las revelaciones, tuvo que hablar: reconoció que conoció a Machado en 2018 y que voló en su avión, pero se defendió con la idea de que fue “ingenuo”. Sobre la transferencia millonaria, la desestimó como “un papelito” y acusó a Juan Grabois de ensuciarlo. “No voy a renunciar. Estoy más fuerte que nunca. El Presidente me banca”, sentenció.

Milei efectivamente lo sostuvo, aunque en el oficialismo hubo incomodidad. Patricia Bullrich fue clara: “No se pueden tolerar vínculos con el narco”. El contraste es evidente: un partido que hizo de la lucha contra la corrupción y el narcotráfico su bandera, hoy protege a un dirigente bajo sospecha.

Las viejas acusaciones vuelven como búmeran: Lilia Lemoine lo había señalado en 2019 como financiado por un narco; Agustín Romo lo tildó de “valijero”; el propio Milei había dudado de sus fondos. Todo eso quedó en suspenso tras el triunfo presidencial.

El resultado es un cuadro inquietante. El dirigente que prometió “cárcel o bala” para corruptos y narcos aparece envuelto en un escándalo de financiamiento ilegal y favores cruzados. Aunque hoy niegue y asegure ser víctima de operaciones, la sombra de “Fred” Machado lo persigue. Y, gane o pierda en los tribunales, la credibilidad de Espert ya quedó en entredicho.

Por Rodis Recalt Revista Noticias

AGP

Editor: EM