NOTA DE LA SEMANA

Batalla cultural: Nada sobrevive a todo

Por Eduardo Sanguinetti para Patagonia Rebelde Digital. -“Mi historia será importante y la cicatriz que dejó en la cara del mundo tendrá sentido. No puedo olvidar que estoy haciendo la historia, una historia paralela, que corroerá toda la historia sin sentido. No me considero un libro, un informe, un documento, sino una historia de nuestro tiempo” (Fragmento en Pág. 79 de mi libro BIG RELATO, 2007).

Todo está presente en el futuro que aguarda, concretando el deseo de vivir en poesía, cualquiera sea el rol que elegimos para transitar esta existencia, instalados del otro lado del muerto ventanal de mi amada ciudad de Buenos Aires y los ridículos e ignorantes candidatos, que se presentan en elecciones legislativas, sin sensibilidad ni capacidad del instante, para asimilarse a las rutinas de los porteños de pura cepa… Anuncia la proximidad de las lágrimas, la ausencia de representatividad legítima… Recordar, que nada sobrevive a todo…

Nuestra libertad nos obliga a cada instante a comprometerla, con dignidad y valentía, contra las fuerzas del resentimiento, el odio, la mentira, la cobardía, la traición y la mezquindad de gobiernos descartables, conformados por traumados personajes, sin capacidad de experimentar vivir con pasión, alegría y sobre todo amor por la equidad, solidaridad y armonía… Con identidad y rebeldía, siempre a favor de una existencia cultural y personal.

Y no olviden, quienes pretenden librar la Batalla Cultural, que la misma debe llevarse a cabo en espacio del humanismo revolucionario, los “fans” de la Ley de Mercado, usurparon la idea y concepto de dicha batalla cultural, disputando de modo bestial con supra estructuras ideológicas, asimiladas a contenidos de discursos neofascistas 100 por ciento económicos, ignorando consecuencias funestas socio-culturales, eliminadores de la Cultura… En consecuencia, se produce la exclusión económica del escritor, subyace, el exilio de la escritura en el nivel de lo imaginario, con sentido de devenir en destino. La escritura en sí no tiene status en este sistema de sujetos-objetos, no vale más que por su soporte escénico (hablado o cantado).

En consecuencia, si se habla con propiedad, el escritor no tiene lugar en la sociedad… La cultura deviene en quedar huérfana de espejos, en un tiempo de bestias que degradan el sentido de la existencia, sin destino visible.

Jean Paul Sartre desarrolla a propósito de Gustave Flaubert el concepto de neurosis objetiva como motor de la escritura. Anuncio programado de la muerte del autor-dios… Charles Baudelaire, quién paseaba por el fango dorado de las ciudades, poeta, predestinado a visualizar e imaginar otro mundo posible… Ya no existe…

El resultado es claro: el repliegue a una posición anarquista cuya violencia afectiva puede volverse inquietante, cuando la comprobación de la impotencia oscila en el sueño de la omnipotencia.

Esta serie de exilios, devenida en la posición marginal del discurso de la verdad, sin ambigüedades, determinan una pérdida de la realidad inmensa… Una serie de exclusiones que comprende lo histórico y político, asimilados a un cuento pornográfico de lo que demasiados piensan no puede ser… Pero “es”.

No hago sino mención de la ignorancia, de la vergüenza y la cobardía… Menciono también las cárceles, los asilos y las neuralgias sociopolíticas, y no olvido a los distribuidores de premios.

La vejez como horror ejemplar, sobre el suicidio de los pueblos… No hablo tampoco de Imperios en putrefacción, ni de monarquías, ni de repúblicas estúpidas, ni de Dictaduras genocidas, ni de amor a la patria, ni de abyecta neutralidad… Ni del hecho que las revoluciones no han aportado la libertad que no tenemos.

Mi homenaje en este escrito casual, a poetas, visionarios, filósofos, revolucionarios, que desde la musicalidad de su escritura, cargada de presagios, en sus rutinas de poner en juego a valores vetustos, prejuicios y miopías en planos generales del pensamiento de un sistema putrefacto, intentaron abrir senderos en arte, naturaleza y vida, otorgándole sentido a la existencia de ser y estar en esta tierra, devenida hoy, en un paisaje de mentiras…

Nunca se mintió tanto… Palabra, texto, medios, progreso técnico feudal, al servicio de la mentira elevada a símbolo… Pues, aprendan a leer los presupuestos, a contemplar de inmediato lo más profundo de los pactos a oscuras, a rehacer todas las restas, a enfrentar al simulador hasta el final y salir de la bruma, antes de que los envuelva también…

Savonarola plantaba sus piedras donde consumía una de las artes más exquisitas del mundo pocos años antes de la toma de Florencia. Recuerdo su memorable «Hoguera de las vanidades», donde invitaba a los ciudadanos a arrojar sus objetos de lujo y riquezas.

Fue ajusticiado por no dejar de lanzar sus verdades, tan reveladoras de la hipocresía de las cortes de aquel tiempo. Buenos Aires sufre la caída, sin nadie que convoque a los porteños a imitar el acto del predicador italiano a arrojar sus objetos suntuosos a una Hoguera de Vanidades…

En mi Buenos Aires, se respiraba poesía ocasional, en sus calles, plazas, paseos, avenidas, bares, en sus personajes insondables y mágicos, sin olvidar a los infaltables y tediosos ‘chantas’, todos unidos conformaban el coro porteño, de múltiples voces, aportando sus versiones del vasto entramado de la milagrosa Buenos Aires, mi ciudad y el goce de rutinas… Mis prolongadas caminatas por esta ciudad, enfrentada el río sin orillas, firmemente pegado a mí mismo, otorgaron a mi vida, sentido, en plenitud, a veces; y mi ciudad no es ajena a ello, lo siento, lo he sentido siempre… Pues he olvidado de comentar, que he nacido en Buenos Aires, en el barrio de Palermo, Palermo Chico para ser exacto, como declama mi partida de nacimiento.

Cu Cu -Do Do

Pliegue

Ayer, hoy y mañana por una calle sin vereda,

no importa demasiado el tránsito.

Un individuo llora con piedad de sí mismo,

no pertenece a una especie final y última.

Ayer y hoy no entienden, ¿son demasiado jóvenes?

y mañana se abstendrán de ser pasado,

dirán que es problema de otros mañana que será ayer.

Un símbolo esconde un signo.

El signo descarga su violencia.

Y un mito no tiene nada que decir.

Una señora habla igual que otra señora

que a la vez habla,

y así,

así estamos en el instante justo,

en que Rimbaud se me cae de las manos.

Me han disparado a quemarropa.

Yo no sé qué he muerto innumerables veces,

no me interesa ir enumerando nacimientos.

Así pasan los días

y las horas se convierten en asuntos negociables,

todo tiene valor en moneda.

El mercantilismo impuso su substancia,

todo tomó forma de envoltura y nadie,

nadie explica por qué la bestia

ha abierto más su apetito.

Un niño busca su existencia en el laberinto

y otro busca su pelota.

Derribé las fronteras y los mitos.

Los mitómanos siguen tensos,

no encuentran ficciones alegóricas

ni fábulas para pintar su piel.

Se vuelven herméticos y diurnos.

Un pájaro cae sobre la grafología

sin compasión alguna,

y Alfred Doeblin pasea sólo

por la ciudad de Nueva York.

La velocidad especula, consume al invasor.

Las ideas no obstante dejan desnuda la batalla.

Ya no hay porqué ni para qué.

La falsa cultura besa en la boca al enemigo

y luego lo penetra,

mientras la manada se distrae y abre los brazos

con signo acogedor y complaciente.

Luego la manada es tomada como rehén

y asiste con placer a su exterminio.

Jóvenes ideales pasan.

Hablan de referentes de no sé qué muerto

con las vísceras fuera

o de pasar con rapidez las pruebas de oposiciones

o de suposiciones, de objeciones.

Ya no. Ya nadie objeta nada.

Tú mismo puedes ser un infiltrado.

Un ser social o antisocial, que importa.

Un preso sin juicio escribe poemas en los muros,

rompe la ley y en la contienda

para no morir en la locura.

Los jóvenes ideales toman cerveza en las terrazas,

o un martini que te ayuda a vivir.

Nuestra señora publicidad ha sido concebida

sin mancha de pecado original

simulando hasta el hartazgo realidades obstinadas.

Araño. Asomo. Digo.

Un pie pisa mi cabeza.

Juro que no soy víbora,

ni aquel pie de alguna virgen.

Tampoco soy el mundo, apenas su criatura.

Me acomodo como puedo en la trampa.

Sacudo mi suerte escatológica y me nacen glorias.

Otro pie del setenta me arroja al exterminio.

Crece desde los setenta hasta los ochenta, hasta los noventa.

Me recibe el tercer milenio.

He decidido mantenerme

en estado de alerta permanente,

pero nadie arriesga su pedazo de cielo.

No es cierto aquel presagio:

siéntate a ver pasar el cadáver de tu enemigo,

tú enemigo es inmortal,

y la inmortalidad se está alargando demasiado.

Son los Jefes. Dictadores profusos

que deciden en qué water del mundo

deberemos cagar.

Son traidores de ideologías podridas.

Prominentes cuando la luz se apaga.

Hay demasiados muertos sin vigencia,

sentenciada la calle por el prostíbulo político

que promueve sus héroes en la pantalla chica.

La vida guiña su ojo económico

y la mesa de enlace

nunca consigue el desenlace.

En medio del drama hay numerosos premios.

La gente dice estupideces en 50 pulgadas.

El siglo se corta las venas, no le interesa el tema.

Un imbécil, un enigma, una clave, que importa.

Paralizados en la anarquía de la página,

adora la justicia cuando está de su mano.

Superman sonríe.

Previsible a todo celuloide.

The End.

Cualquier parecido con la realidad

es simple coincidencia y pura realidad.

Extracto de mi libro CU CU – DO DO (Final en forma ordenada)

Colección Ensayo, Editorial La cifra, Buenos Aires Argentina. 2000

Acontecimiento

¡Socorro!… ¿Dónde estás corazón?… Un rumor, una niebla. Un sueño. Cerré los ojos y el aire resbaló.

La inquietud consumía inquietudes y caminos… Y es imperativo caminar… Hacer de la voz un espacio posible, para que caigan conceptos y formas.

Pero quién puede contener a los insectos, sin mancha de pecado original, son sumamente repetidos, ubicuos y oscuros en su mirada turbia.

Dioses de batallas económicas, hoy, principio y fin de todas las cosas. Santo y seña sin mostrar el revés de sus sueños porno… Y ahí están los indispensables, los siempre amigos, reptando hacia la cima… Prostitutas enloquecidas, eunucos sin cabeza jugando anestesiados, legitimados por los nuevos dioses del Olimpo, sedimentos de deposiciones o mierdas recientes, como prefieran… Cuestión de detalles.

Y llega el nuevo mesías inverso, humanoide del tercer milenio, vomitando búsquedas de objetivos. Todos se contagian de sus ideas fijas, hacen y deshacen planes y estrategias. Los buenos por aquí, los malos por allá. Prohibido mezclarse colores y razas, para evitar disturbios.

Se ruega devolver a los insumisos y poseedores de ideas a su lugar de origen. El origen cierra también las puertas, y la tierra de nadie recoge el desperdicio, restos humanos respirando la atmósfera podrida de un milenio de grandes muertes.

No he dormido todavía, sigo estando en ayer, hoy es reciente. Nada. Apenas. Y una mujer busca en la mañana un instante de sueño para dormirse en ayer. Lo has conseguido…

La verdad fue violada en toda su evidencia, ¿no es razón suficiente?… En toda su evidencia la verdad fue violada, ¿no es suficiente?

(*) Filósofo (Cambridge, Inglaterra), poeta, performer, ecologista, artista y periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del «Manifiesto de los indignados contra el neoliberalismo» año 2011. Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), «Biography of the year Award» Historical Preservation of America (1986), «Man of the Year» IBC Cambridge 2004, Honoris Universidad de Bologna, Nominado en dos ocasiones a la Beca Guggenheim. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

AGP

Editor: EM