Dictadura de la ganancia
Por Eduardo Sanguinetti.- Para Patagonia Rebelde Digital.- “El hombre que se interroga sobre su destino está siempre solo, a cada instante él pierde o gana sin que haya ninguna referencia a alguna ley común. Todo destino tiene su ritmo, una ley de compensación equilibra los desastres.
Las cosas se posaron dulcemente delante de aquellos que no podían verlas. El sol es un juguete para ciegos. No es necesario prever, no es necesario ver. Es necesario enterrarse en el corazón de la tierra: el diálogo nunca terminará… poder contentarse con una verdad más humilde, saber que para obtener antes hay que olvidar; es necesario renunciar absolutamente para ser absolutamente”. (Fragmento de mi ensayo Alter Ego, Editorial Corregidor).
El fanatismo «terrorista» en acto, de millones de habitantes del planeta, que siguiendo tendencias religiosas, inquisidoras, xenófobas, violentas, abusadoras, autoritarias, produjeron una hecatombe escatológica de final impensado, al elegir, con fervor inusitado al totalitarismo, a gobernantes fascistas, réprobos de la condición humana… psicópatas gobernantes, legitimados por voto popular, muy bien acomodados en sus tronos de miserables monarcas del Universo Fascista… Ungidos, insisto, por millones de fieles, servidores de la podredumbre universal por la dictadura de la ganancia.
La dictadura de la ganancia, reina, es una idea fija, surgida de una pulsión atávica centrada en la posesión, en la acumulación de bienes, que conduce a otras formas dictatoriales, instalándose con una facilidad desconcertante. ¡Sus medios son extremadamente sencillos!… El más indispensable, la clandestinidad, le es acordado de antemano, aunque la ganancia es la clave de todo y es omnipresente, en cada acto de quienes detentan poder y los acólitos que se suman a la imposición de elevarla a deidad suprema.
Lo que triunfa y domina es la especulación, disimulada, pero alimentada por los mercados. Y apreciamos cómo se multiplican riquezas, acumuladas por anónimos, ocultos tras la parafernalia de un sistema simulador, en especulaciones delirantes, indiferentes a toda producción que no sea la de circulaciones espectrales, disociadas de la sociedad en estado paria, abandonada a su suerte de esclavos, ya ni siquiera explotados, lo han sido ya, permanecemos en otro ciclo de producción de riquezas producidas en actos neo financieros.
Riquezas tan virtuales, cuanto volátiles, especulaciones, o mejor, apuestas demenciales que distorsiona aquello que se sigue llamando economía, a la que se le añade el rótulo «de mercado»: en los hechos, una pesudo economía situada a años luz de la esfera de las riquezas tangibles o mentales, con las que sueñan con justa razón los pueblos, ya que estos sí las necesitan.
Así como estas riquezas van descartando el trabajo humano, provienen en medida decreciente de activos reales y reducen sus inversiones en ellos, como lo apreciamos en Argentina, de modo pornográfico y bestial… Tampoco se espera de sus «creadores», los rectores de la economía privada o sus especuladores (suelen ser los mismos), que hagan surgir tesoros para el bien de la comunidad, hambreada o sin techo, generadores de empleo, que vayan a nutrir a las empresas.
Los funcionarios de cualquier gobierno, sin signo ideológico, pues ya no existían diferencias, de todas las naciones, exaltan a estos «miserables especuladores» como las verdaderas «fuerzas vivas de la Nación», también calificándolos como «héroes», los únicos que muestran dinamismo, audacia e imaginación, las intrépidas fuerzas vivas se atreven a correr riesgos, mientras los empleados del estado, parasitan, según{un presidente disfuncional vocifera con violencia y odio hacía todo lo que no es ajuste.
Y pregunto ¿cuáles riesgos corren los especuladores héroes de la destrucción del trabajo como derecho de los ciudadanos de a pie?… Equivale a ignorar el verdadero y real riesgo que destruir el destino de millones de seres, saboteando la única vida que les es dado vivir, sumidas en la angustia, y la humillación, riesgo que lleva incluso a arrojarlas a la calle, poniéndolas en peligro y deviniendo un final atroz anunciado. Aún más, el riesgo que corren, en su entusiasmo creador de generalizar la miseria, es generar infiernos en la tierra. Pero estos son otros tantos desafíos ante los cuales jamás retroceden los reyes de las riquezas, los delictivos socios del establishment del sistema de la ley de mercado, los generosos cruzados del exterminio de una humanidad que se ha cocinado un porvenir sin dejar huellas visibles, salvo su osamenta, cuándo dejen su carnadura.
¿Ganancia?, ¿Alguien expresa algo sobre la ganancia?… Sí! lo afirmo con ira, la ganancia está subyacente en todo, pero jamás de manera expresa, ignorada en todas partes,, está infiltrada en todo, actúa en el corazón de todas las cosa y se la acepta sin que jamás se hubiera formulado ni requerido una conformidad consciente. Domina como un principio sagrado, reina sin ser invocada, en tanto razón de ser de la ideología que subyace tras el régimen.
Ya no hace falta que se discutan en centros internacionales de exterminio una Ley de Eutanasia, el totalitarismo llegó para ahorrarles la molestia de tomar decisiones un tanto antipáticas para los, aún, dueños del mundo y sus acólitos.
En fin, todo llama a desear partir de este tiempo y espacio, de esta sociedad de la miseria, del despotismo y de su secuela, el embrutecimiento sin vigor… Irme de un lugar, donde la razón es un crimen y el disenso, el mayor enemigo del Estado… Todo este régimen es extremadamente despótico, pero hay que convencerse de que Argentina es la «Manchuria» de América… Lamento que carezca de mandarines letrados… El espacio cultural de esta simulada democracia, está destinado a una fauna travestida, discriminadora y fascista, que no da lugar a la diferencia, en términos de conocimiento y pensamiento… Bestias fascistas que conforman la pestilente farándula argentina, asimilada a la brutalidad del gobierno en acto de destruir todo vestigio de llegar a ser «uno: uno mismo».
(*) Filósofo (Cambridge, Inglaterra), poeta, performer, ecologista, artista y periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del «Manifiesto de los indignados contra el neoliberalismo» año 2011. Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), «Biography of the year Award» Historical Preservation of America (1986), «Man of the Year» IBC Cambridge 2004, Honoris Universidad de Bologna, Nominado en dos ocasiones a la Beca Guggenheim. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
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Editor: EM