El cine y sus fantasmas. Desde el cine mudo hasta principio de los años 60…

Por Carlos Parodi.- La escritora inglesa Mary Sinclair (1863-1945) autora de relatos sobrenaturales, refiere en uno de sus prefacios: “Considero a los cuentos de fantasmas como una forma de arte perfectamente legítima y a la vez la más difícil, ya que los fantasmas tienen su propio ambiente, su propia vida, y también su propio escenario dentro de la realidad diaria que conocemos. Y el narrador es el que maneja las dos realidades al mismo tiempo..”.

En esa dirección espectral, las penumbras que cubrieron con su sobrecogedor manto los relatos que se han escrito sobre fantasmas, también cautivaron a los primeros directores de cine con la misma intensidad que aterrorizaron a sus espectadores. Porque desde sus orígenes, la historia de la Cinematografía ha ofrecido obras de arte que despertaron el sentimiento de terror primigenio en las salas, con escalofriantes juegos de sombras y de luces, pero muchas veces también, sin pronunciar palabra alguna.

Los datos historiográficos señalan que acaso la primera película con dosis espectrales fue  “Le manoir du Diable”, rodada en 1896 por el ilusionista y cineasta Georges Méliès (1861-1938) en la cual aparecen como “figuras invitadas” vampiros y fantasmas. También uno de los primeros registros fílmicos realizados con la “técnica de la manivela” y que tenía una duración de tan sólo “seis terroríficos minutos”, correspondió al corto francés  “La Casa hechizada”, del director Segundo Víctor Aurelio de Chomón (1871-1929) estrenada en París en 1907.

Otra producción fantasmagórica y muda fue “Las tres luces” (1921) de Fritz Lang (1890-1976) ambientada en una tenebrosa posada en la cual una pareja entabla una relación con un ser muy “particular”.  En 1935 apareció  “El Fantasma va al Oeste”, dirigida por el cineasta Rene Clair (1898-1981) en la cual su protagonista compra un desvencijado castillo embrujado en Escocia, al cual desmantela y traslada a la paradisiaca Florida, pero ignora que lleva consigo a un más que inoportuno “inquilino espectral”. Una curiosa y aterradora comedia de 1937, llamada “Fantasmas bohemios”, dirigida por el norteamericano Norman Z.  McLeod (1898-1964) relata la historia de una pareja de “bon vivants” que muere en un accidente dentro de su coche deportivo y que “despiertan” en la vida real,  pero convertidos en vaporosos seres.

En 1941 se estrena en Londres “El Tren Fantasma” dirigida por Walter Forde (1896-1984), basada en la obra de teatro del dramaturgo inglés Arnold Ridley (1896-1984). Tres años después, llega a la pantalla grande la primera versión cinematográfica de “El Fantasma de Canterville”, adaptación de la famosa novela de Oscar Wilde (1854-1900).

En 1947 el cine ofrece  “El Fantasma y la señora Muir”, del director Joseph Mankiewicz (1909-1983). Este exquisito film narra las peripecias de una mujer que se enamora del espíritu de un marino, y que está ambientada “en una casa junto al mar”…

En 1960, el cine mexicano aterrorizó con “La Llorona” dirigida por René Cardona (1905-1988) y documentada por la leyenda regional de un espectro errante y lagrimoso que deambula por los parajes desiertos de Guanajato. En 1961 se estrena una sobria y refinada película inglesa en blanco y negro, convertida en cine de culto, nos referimos a “Los inocentes”, de Jack Clayton (1921-1995) adaptación de “Otra vuelta de Tuerca” del siempre exquisito escritor Henry James (1843-1916).

Escalofriante horror de origen sueco:  “La Carreta Fantasma”

Tanto los renombrados directores del oscuro cine “expresionista” de origen alemán  como sueco, se destacaron por utilizar en sus films avances estéticos y atmósferas sobrenaturales que fueron adoptadas más tarde por las espectaculares producciones de Hollywood.

Precisamente una película muda estrenada con aceitada precisión un 1° de enero de 1921 causó pavor entre los atemorizados espectadores que acudieron a su presentación. Nos referimos a “La Carreta Fantasma” del cineasta sueco Víctor Sjostrom (1879-1960). Esta extraordinaria obra de arte estuvo basada en antiguas leyendas nórdicas y su guíon fue adaptado por la autora sueca Selma Lagerloff (1858-1940) ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1909. Esta terrorífica película de 106 minutos de duración, transcurre en plena Nochebuena y narra la historia de tres viejos y enfermos cocheros que con lo poco que les resta de salud, se encargan de trasladar cadáveres y que durante un alto en el camino, se detienen a beber un par de tragos precisamente frente a un húmedo y aterrador camposanto. Y uno de ellos, relata una leyenda la cual señala que ‘Si algún pecador que se encuentre entre ellos muere durante el último mes del año, como castigo divino su alma pecadora deberá conducir la ‘Carreta Fantasma´ durante ese nuevo año que comienza..’.

El fantasmagórico cine argentino

El 12 de mayo de 1942 se estrenó en Buenos Aires “Una luz en la ventana”, dirigida por el director de cine y letrista de tango  Manuel Romero (1891-1954) con la participación de Irma Córdoba (1913-2008), Juan Carlos Thorry (1908-2000), María Esther Buschiazzo (1889-1981)  y el magnífico Narciso Ibañez Menta (1912-2004). Se trata de una película de suspenso y dosis de humor, enmarcada bajo una feroz  tormenta y en un camino lleno de barro que conduce a un misterioso chalet  llamado “Las Tunas”. El prestigioso historiador y crítico de cine, oriundo de Pergamino, Domingo Di Núbila (1924-2000) lo definió como “el primer film argentino truculento”.

En julio de 1957 llegó a los cines “La casa del Angel” del cineasta Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978). El libro fue escrito por Beatriz Guido (1922-1988) y los protagonistas principales fueron Elsa Daniel (1936-2017), Lautaro Murúa (1926-1995), Bárbara Mujica (1944-1990), Guillermo Battaglia (1899-1988) y Jordana Fain (1917-1967). Este film expresa con singular percepción las vicisitudes de los obsesivos pensamientos que atormentan a una mujer religiosa.La película fue realizada en una antigua mansión (demolida hace muchos años) del barrio de Belgrano, y conocida como “Palacio Delcasse”, alrededor del cual, curiosamente, no pocos antiguos vecinos aún recuerdan viejos mitos fantasmagóricos que sobrevolaban por sus jardines…   

 Carlos Parodi

IG Carlos Parodi.64

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