Chau, Carlitos, chau amigo
Por Juan B. Meri.- Se nos adelantó en un camino común uno de los referentes de una época del periodismo que no volverá. Falleció Carlos Guzmán que me dio el privilegio de su amistad en los últimos 10 años.
Es muy difícil que salga un texto bien escrito sobre el fallecimiento de alguien querido. Carlos Guzmán marcó una época para los que hacemos periodismo. Fue referente indiscutible del desaparecido Semanario Presente, pero antes hizo radio en Radio Ciudad de Luján, trabajó en el recordado canal televisivo Teleimagen y en el entonces bisemanario El Civismo. Nos privilegió a TRIBUNA DEL PUEBLO escribiendo algunas notas especiales e hizo gala de su talento, inteligencia y don de gente en el programa «Haciendo Camino» que se emitió tres temporadas en Punto 3 FM.
Carlitos no regalaba elogios y a mi me llenaba de alegría cada vez que decía que haciendo radio «Meri es el mejor». Para escribir me decía «escribí fácil, escribí, leé, releé y volvelo a leer. Borralo, escribilo de nuevo y ahí va a quedar bien el texto». Junto a otros amigos teníamos un grupo de WhatsApp, tuvimos mucha cercanía en los últimos años.
Carlitos era brillante, de esas personas que sin querer enseñan todo el tiempo. Le gustaba hablar del campo, de caballos, de la gente que compartió con él su infancia y adolescencia, amaba a Luján, añoraba el pueblo que antaño fuéramos. Despreciaba a los malos políticos, se peleó desde la pluma con muchos de ellos. Escribió policiales en una época como nunca nadie lo había hecho. Salía a buscar historias con el reportero gráfico ya fallecido Roberto Tolosa. Me contaba que iban por los barrios entrevistando gente. Con la cámara de Teleimagen han llegado a registrar festejos de navidad y año nuevo en casas de familias. Gente común, gente necesaria como dice Hamlet Lima Quintana.
Patricia su compañera, fue su gran amor. Me contó que se conocieron en la radio. Y que él buscaba motivos para ir a verla. Se refería a ella todo el tiempo con un amor enorme. Ella estuvo siempre a su lado en todo, para todo. Valoró a sus amigos, mucho. Nos dijo que nos quería muchas veces. Sufría con Racing. Le gustaba la buena música. Por él conocí el texto «El Hombre Común» de Osvaldo Ardizzone. Lo pasamos al aire en el primer programa de radio que hicimos juntos. Doña Isabel «mi mamá y mi papá», como él decía, fue un faro para su vida.
Radiómano como yo, pasamos horas hablando de radio. Un programa que hicimos para el Día de la Radio, había pasado el 27 de agosto, fue uno de los más lindos que hicimos. Defensor de los Derechos Humanos, siempre decía que con nuestro amigo Edu Racedo y con Fernando Casset fueron los primeros tres en plantar la temática en los medios y en la sociedad. Carlitos fue amigo de Cacho Zaccardi el querido sacerdote de la Sagrada Familia del barrio Villa del Parque y del mejor cura que conocí, Luis Jáuregui. Con ellos trabajó mucho por el bienestar de la comunidad.
Cientos de instituciones se vieron reflejadas en sus notas, cientos de personas que hicieron algo por su comunidad, me queda la satisfacción de que haya entrevistado a mi abuelo Polo Meri y que haya destacado siempre esa nota. Nunca le pregunté porque se le ocurrió entrevistarme a mi un día en una nota que salió en dos entregas en PRESENTE.
«Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales,
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente,que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas.
Que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
llega hasta todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria,
pues sabe, que a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.»
Carlitos era de esa gente necesaria. Ahora «garabatea» desde otro lugar. No puedo más que agradecerle a la vida habernos conocido, que me considerara su amigo, abrazar a Patri y Max y seguir haciendo camino, ese que él nos enseño.