Annie Ernaux (o cómo narrar en clave de autoficción)
La autora, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2022 se coloca a sí misma en el centro del relato para hablar de clase y de género, para radiografiar la sociedad francesa. Pasen y vean cómo es eso de “escribir con la verdad”.
Hay dos temas siempre presentes en sus obras. La cuestión de género y de clase. Annie Ernaux escribe una literatura predominantemente feminista. No solo de forma explícita, sino también al narrar los cuerpos, el sexo y las relaciones. Todo está depurado por su experiencia, en la que ser una mujer ha sido determinante para ser menos reconocida, menos premiada, menos valorada en cualquier ámbito, empezando por el laboral.
La escritora se narra a ella para narrarnos a todos. Usa sus historias como materia prima para deformarlas y poner un espejo delante de los demás. Antes de que surgiese el me too, Ernaux ya había ya escrito dos obras que siguen siendo hoy feministas y revolucionarias. El acontecimiento (Tusquets Editores) es la más evidente.
En sus novelas, que en su mayoría no pasan de las 120 páginas, las reflexiones de la autora se mezclan con los hechos hilados e interpretados de manera particular y que juntos forman un corpus que podría ser una gran novela de autoficción. La obra de una vida vivida intensamente a la que no le faltó nada. Un abrazo entre narradora y personaje.
Un verano con Ernaux
Qué mejor lugar para compartir ideas y análisis que en un espacio literario. Durante el verano 2023 el Café Literario Adela fue dedicado exclusivamente a leer libros de la maestra de la literatura, Annie Ernaux.
Lo primero en lo que se trabajó fue en conocer dónde y en qué contexto social nació, creció y se formó esta autora. Nacida en 1940 un 1 de septiembre, en Lillebonne, Francia, estudió en la Universidad de Burdeos. Es escritora, catedrática y profesora de letras modernas. Hija de padres obreros y la primera en su familia en llegar a la universidad fue reconocida por la academia por «el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, las distancias y las limitaciones colectivas de la memoria personal».
El siguiente paso fue la lectura de acuerdo con la línea de tiempo llevada en estos encuentros semanales de escritores y autores.
La primera obra elegida fue “El lugar”. Ernaux nos cuenta la muerte de su padre y el pasado de su familia hasta llegar a ese momento. La vida humilde que llevó, la lucha de sus padres por prosperar. Esta visión de sus orígenes se completa con su libro “El Acontecimiento” (donde narra un aborto que debió hacerse de joven cuando en Francia estaba prohibido), luego llegó el momento de “La Vergüenza” (una pelea violenta de sus padres desencadena el intento del padre de matar a la madre) y tras esas lecturas develadoras en medio del calor del verano apareció “La Otra Hija” (en donde la escritora descubre por accidente que tuvo una hermana que murió antes de que ella naciera).
Ya madurando la época estival en los encuentros literarios, se impuso la autoficción de su vida adulta. “Pura Pasión” (un amorío que tiene con un hombre casado estando ella ya divorciada), “Los Años” (una serie de acontecimientos, palabras y cosas según pasaban los años), y “Una mujer” (la decadencia y muerte de su madre).
En todos los libros está presente la aguda capacidad de reflexión de una mujer que no se guarda nada.
“Hoy sé que debía pasar por esa prueba y ese sacrificio para desear tener niños (refiriéndose a su aborto). Para aceptar la violencia de la reproducción dentro de mi cuerpo y convertirme, a mi vez, en lugar de paso para las generaciones futuras” (“El Acontecimiento”).
“No podía juzgar aquella escena. Mi padre, que me adoraba, había querido suprimir a mi madre, que también me adoraba” (“La Vergüenza”).
“Llevabas muerta dos años y medio cuando nací. Eres el angelito, la niña invisible de la que nunca hablamos, la ausente en todas las conversaciones. El secreto”. La idea de que era una o la otra porque los padres no habrían podido mantener dos hijas (“La Otra Hija”).
La memoria personal ligada a la memoria colectiva, esa que hace referencia a los recuerdos y memorias que atesora la sociedad en su conjunto. Las guerras, el paso de los años, los cambios en la sociedad, la tecnología, la información y los productos en el click de un mouse.
Como documentos, fotos blanco y negro y a color de la vida propia y la ajena para confirmar como dice en “Los Años”: “Y un día estaremos en el recuerdo de nuestros hijos entre nietos y personas que aún no han nacido”.
La pregunta que surge al leer sus obras es inevitable: ¿es realidad o ficción?
Ante eso Ernaux responde: “La contraposición entre ficción y realidad es un falso problema, lo importante es escribir la verdad. Y la forma que esta verdad adopte, ya sea la ficción, la no ficción, la autobiografía, no es crucial, lo crucial es la verdad”– expresaron los medios en 2019, antes de ser premio Nobel-.
“La obra de Annie Ernaux demuestra que la autoficción nunca fue una cuestión de ego ni de estilo, sino de honestidad”, agregaron, nunca tan certeros. Leerla es leer su verdad, enlazando literatura, sociología e historia, la propia y la de los demás.
Por Adela Sanchez Avelino