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Cepo cambiario para rato, enojo del campo y una bomba en los cambios a la Ley Bases

En el equipo económico reconocen que no hay condiciones para la unificación cambiaria ni para bajar las retenciones. Un cara a cara caliente con la Mesa de Enlace. Milei cuenta los votos en el Senado y los K quieren bloquear la privatización de Aerolíneas.

Luis Caputo ya tomó la decisión: el cepo cambiario no se abrirá hasta fin de año y quizás esa trascendente medida se tome recién en 2025. La “postergación” obedece a múltiples causas. Pero está directamente relacionada a una cosa: hasta ahora, fracasaron sus gestiones para obtener dólares frescos para respaldar la delicada medida.

La decisión tiene la bendición del Presidente. Javier Milei soñaba con sacar el cepo en abril. Después, en Expoagro, habló de junio, pero -pragmático- avaló a Toto.

Caputo teme una corrida cambiaria. Ya la vivió -y en forma traumática- con Mauricio Macri y se volvió conservador. El ministro tiene pánico a vivir una situación similar. Además, tiene una convicción en su corazón: está muy cómodo con la vigencia del cepo, para manipular el mercado de cambios.

El cepo le permitió comprar US$ 15.000 millones.También, ocultar que postergó por importaciones el pago de US$ 11.000 millones. La cuestión la resolvió la “troika” que controla Economía: Toto, Santiago Bausili y Pablo Quirno. Economía confirma que hubo un encuentro donde tomaron esta resolución. La decisión es mantener el cepo y evaluar la situación recién en agosto, cuando termina la liquidación del campo. Existen temores, y por eso Caputo tomó una determinación: envió en misión a su mano derecha Juan Pazo a hablar en secreto con la Mesa de Enlace.

La reunión se hizo hace una semana. Trascendió una versión light y formal. Se hizo en un lugar particular: en el SUM de un edificio de La Rural, donde el secretario de Planificación compartía oficinas con Caputo. Todos juraron silencio. Un dirigente rural reconoció: “Nos pidieron que nos hiciéramos los boludos”. Pero el diálogo fue frontal. Y a fondo. Carlos Achetoni habló directo del dólar: “Ya el atraso cambiario afecta”. Nicolás Pino también se quejó: “El BCRA se mete en nuestro negocio y nos castiga”. El campo está molesto por el atraso cambiario. También, porque las retenciones no bajan y Caputo -como antes Sergio Massa- castiga con el BCRA a quienes retienen cereales. Pazos exigió que el campo liquide dólares. Y después confirmó: “Este año no habrá unificación cambiaria, porque el cepo no se va a levantar”.

La cuestión generó revuelo. Pazos completó: “Van a haber pequeñas flexibilizaciones, pero la liberación total va para el 2025”. Pino retrucó: “Tienen que bajar las retenciones”. El funcionario contratacó: “Tampoco hay condiciones en 2024 para bajar retenciones”. Pazos fue con Federico Furiase. El secretario de Agricultura -ahora Biotecnología- estuvo, pero “pintado”. No abrió la boca.

Caputo ya había estado con las “cerealeras”. Las amenazó para que liquiden en tiempo y forma. Los exportadores le respondieron con el bolsillo. Le reclamaron otro dólar-soja, es decir, una devaluación temporal.

Toto está perdiendo los estribos. Tiene conflicto con las prepagas -otra vez el Gobierno fracasa en la instrumentación de las medidas-, las alimenticias bajan a cuentagotas los precios, el campo está inquieto y, ahora, las poderosas empresas eléctricas le declararon la guerra. Encima hay bronca de banqueros, por el favoritismo del BCRA con Mercado Pago.

Hay dos compañías eléctricas que amenazan entrar en convocatoria. Otra, con iniciar juicio al Estado. Transener podría -otra vez- tener problemas para pagar salarios. Caputo se pintó la cara. La reunión fue para alquilar balcones. Los empresarios lo acusaron. Gabriel Baldasarre -titular de AGEERA- dijo en un escrito: “Esto es un default. Lo rechazamos”.

El ministro los atacó. Primero, les reprochó que son beneficiarios de los tarifazos. Después los intimó: “Todos están haciendo un esfuerzo y ustedes están obligados a hacerlo”.

La cuestión genera inquietud. En Wall Street -inversiones de fondos energéticos- ya hubo repercusión. Los petroleros también critican. En la UIA y ADEBA ven un impensado y creciente sesgo contra el empresario local. Milei lo sinceró en Los Ángeles: “No se duerman en los laureles que afuera hay actores más importantes”.

Milei cae bien en el exterior. Jane Fraser, la CEO del Citi Bank, lo bautizó como “un amoroso libertario”. Dijo en una reunión íntima en Los Ángeles: “Javier is a loving libertarian”. Fue en los encuentros informales que se hicieron en tres exclusivos lugares. El propio restaurant del Hilton, el Waldorf y en la coqueta parrilla “Steak 48”. Ahí se cruzaban Elon Musk, Kristalina Georgieva, Stanley Druckenmiller, Caputo, Karina Milei y algunos economistas, como Diego Estevez.

Druckenmiller -un heredero de Soros- fogoneó los dichos de Milei. Ponderó su defensa por la libertad económica, pero sus decisiones de cartera son contradictorias: invierte en Argentina solo en “hot money”, papeles que le permitan salir rápido. Kristalina fue cauta: “La orientación es la correcta. Estoy preocupada por la reacción del hombre de a pie”. La jefa del FMI volvió a plantear un tema caliente: la viabilidad política a mediano plazo del durísimo programa de Milei. Ya hay un tobogán: la construcción cayó 42% y la industria un 21,2%.

La cuestión es un tema recurrente en el exterior. Este jueves la reavivó el masivo paro de la CGT. Milei aprovechará la confrontación con la central obrera. Fortalece la adhesión de su núcleo duro antisindical. La reaparición de Cristina también lo beneficia.

La interna en el kirchnerismo está “power”. Máximo no disimula sus insultos contra Kicillof y Axel trata al dirigente de La Cámpora de “vago que se esconde en la pollera de Cristina”.

Los lobos de Wall Street consideran como un test clave lo que ocurrirá en el Senado con la Ley Bases. Piden informes todos los días. Aún existe una fuerte paridad. Algunos dicen incluso que Victoria Villarruel podría tener que definir la votación.

Ya le hicieron varios informes a Milei. Los números cambian y eso genera sus peores reacciones: “Ves que tengo razón. Son basuras y ratas”. El último “paper” que el jueves por la noche llegó a Olivos tenía esta cifra: 38 votos a favor y 36 votos en contra. En un documento reservado de Wall Street se afirma: “La ley sale en general, pero incluirá fuertes cambios que licuarán su contenido”. Habría consenso para restringir las facultades delegadas, reformular Ganancias, toquetear el tema previsional y cambiar sustancialmente el régimen de inversiones. También, una bomba: bloquear la privatización de Aerolíneas.

Daniel Funes de Rioja salió con los tapones de punta para cuestionar el RIGI. La UIA lo avaló con un documento contundente. La ofensiva la motorizan grandes grupos locales: ven una redacción errónea que fomenta la competencia desleal y perjudicial de las “multi”.

El texto será revisado. La redacción original la hizo el estudio Marval O’ Farrell que lidera Roberto Silva y que asesora a muchas firmas extranjeras. Milei volvió satisfecho de EE.UU. No le sucedió a Bausili y Diana Mondino. A ambos les fue mal en China. Wang Yi , el canciller, y Pan Gongsheng, jefe del Banco Central, reclamaron a la Argentina cinco decisiones diplomáticas y económicas para renovar el “swap”.

La primera: la reactivación de las represas en Santa Cruz. También solicitan un gesto político de la Casa Rosada. Sin eso no habría renovación. Se trata de un reclamo político duro: que Milei pida en forma personal -en una conversación- a Xi Jinping la renovación directa del millonario “swap”.

Por Marcelo Bonelli / Clarín / Editor EM