Joe Biden bajó su candidatura presidencial en Estados Unidos
Tras los múltiples pedidos, el actual mandatario deja su postulación demócrata. Continuará en el cargo. Postuló a su actual vice, pero la nominación aún no es definitiva.
Luego de soportar intensas presiones para que diera un paso al costado, el presidente Joe Biden anunció este domingo que no buscará la reelección, en una carta publicada en la red X. “Es en el mejor interés de mi partido y de mi país que renuncie”, señaló. Y apoyó a su vicepresidenta Kamala Harris para que sea la candidata demócrata para las elecciones del 5 de noviembre.
Biden dijo, además, que hablará a la nación a finales de esta semana para ofrecer más detalles.
«Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su presidente», escribió Biden. «Y aunque ha sido mi intención buscar la reelección, creo que es en el mejor interés de mi partido y del país que renuncie y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato», agregó.
La partida de Biden coronó semanas de preocupación del partido demócrata por la salud mental del presidente de 81 años, que tuvo un desastroso desempeño en el debate contra Donald Trump el 27 de junio. También había enorme escepticismo sobre su capacidad para hacer campaña de manera efectiva contra Trump y gobernar el país durante otros cuatro años.
Más de 30 legisladores y líderes del partido como la ex jefa de la cámara de Representantes Nancy Pelosi y el ex presidente Barack Obama habían presionado a Biden para que diera un paso al costado y cediera el lugar a alguien más joven y competitivo, cuando faltan poco más de 100 días para las elecciones.
La que está mejor posicionada ahora es la vicepresidenta Kamala Harris, apoyada por Biden y que podría tomar la posta. Otra opción que se barajaba, si el presidente no hubiera apoyado a nadie, era una convención demócrata abierta el 19 de agosto, donde se votara un nuevo candidato. Sería un proceso complicado y afectaría las chances del candidato que surgiera, pero es posible.
Pero ahora todo parece alinearse en torno de Harris, que por ahora tampoco tiene chances de ganar a Trump, según las encuestas. Pero al menos tendrá un apoyo partidario más firme dado que Biden lo había perdido.
«Por ahora, permítanme expresar mi más profundo agradecimiento a todos aquellos que han trabajado tan duro para verme reelegido. Quiero agradecer al vicepresidente Kamala Harris por ser una socia extraordinaria en todo este trabajo. Y permítanme expresar mi más sincero agradecimiento al pueblo estadounidense por la fe y la confianza que han depositado en mí.
Y luego, en otro tuit, dio su respaldo más específico: “Mi primera decisión como nominado del partido en 2020 fue haber elegido a Kamala Harris como vicepresidente. Y fue la mejor decisión que tomé. Hoy, ofrezco mi total apoyo y respaldo a Kamala para ser la nominada de nuestro partido este año. Demócratas: es tiempo de unirnos y derrotar a Trump. Hagamos esto”.
El anuncio de Biden trajo alivio y una catarata de elogios y felicitaciones por su decisión. En un comunicado, Bill y Hillary Clinton señalaron que el presidente «ha coronado su extraordinaria carrera de servicio a una presidencia que sacó a Estados Unidos de una pandemia sin precedentes, creó millones de nuevos puestos de trabajo, revivió una economía maltrecha, fortaleció nuestra democracia y restauró nuestra posición en el mundo».
Ambos, además, apoyaron la candidatura de Harris y dijeron que harán todo lo que sea necesario para respaldarla.
El jefe de la bancada demócrata en el la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, calificó a Biden como «uno de los líderes que más cosas ha conseguido y consecuentes» de la historia.
Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos se retira de una carrera de reelección en décadas, desde que el presidente Lyndon Johnson decidió no postularse para un segundo mandato completo en 1968, aunque la decisión de Biden se produce meses después en la campaña que el anuncio de Johnson.
La novedad agrega enorme tensión a la campaña para las elecciones del 5 de noviembre, que también sufrió un acontecimiento extraordinario el sábado de la semana pasada con un atentado contra la vida de Trump del que salió apenas con una herida en la oreja.
Pero ni siquiera el intento de asesinato y su tumultuoso efecto en la contienda pudieron detener la pérdida de apoyo que enfrentaba Biden entre los demócratas del Congreso, que estaban cada vez más convencidos de que una derrota en noviembre también ahogaría sus contiendas electorales.
Ahora también es probable que la decisión de Biden genere dudas sobre su capacidad para cumplir con los deberes de la presidencia durante el resto de su mandato, que culmina en enero, y es algo que seguramente los republicanos pondrán el foco.