NOTA DE LA SEMANA

Mi vida, una performance total

Por Eduardo Sanguinetti. – «Eduardo Sanguinetti: La experiencia de los límites», libro de contenido biográfico, del crítico y teórico de la cultura, Carlos Espartaco, rescata la condición de Sanguinetti de primer performer de la Argentina. En los /70 la obra de Eduardo Sanguinetti, no aparece de manera abrupta, simplemente está determinada por su momento histórico que lo obliga a obrar aisladamente.

Este es el primer libro que contiene información del arte performativo, que en Argentina cuenta con su único cultor: Eduardo Sanguinetti» Yvonne Von Schlangerbernberg (Texto de la contratapa del libro «Eduardo Sanguinetti: La Experiencia de los Límites», Carlos Espartaco, 1989, Ediciones de Arte Gaglianone, ISBN 950-9004-98-7)

Bajo el cielo de la Cruz del Sur, yo, un humanista jamás redimido, he construido mi pensamiento de ámbito universal y filiación neo idealista, humanista e iconoclasta, asimilado a mi tierra y a quienes la honran en actos de vida, jamás ignorando que soñar no es gratis.

No es premeditada la autorreferencia que he instalado en esta página como una gratuita reminiscencia espectral de la máquina simbólica de la Performance, de lo que ha sido fundacional en el espacio de la cultura en todo su esplendor, lo he llevado a cabo sin prisa, pausa, ni tregua, a pesar de la censura que tolero hace años, ejecutada por mandarines y mandaderos de la cancelación, frenando todo lo que implica dar un paso adelante, al poner en juego valores perimidos…

Devienen estos actos delictivos, procurando cual rutina criminal, ocultar lo esencial… La intolerancia es símbolo de degradación y brutalidad, en un sistema de alabanzas sistemáticas de quienes aniquilan la posibilidad de fundar y descubrir nuevos senderos, restringidos por los operadores de la cultura chatarra argentina, que imponen criterio, bajo el blindaje de gobiernos todos y el establishment «argento», tilingo y cipayo, jugadores en de la instancia lúdica especular de farándula, pedófilos, tratantes de personas, narcotraficantes y demás bandas que hacen de la escatología un modelo de vida miserable, a experimentar, promocionada de modo subliminal por medios de manipulación de un auditorio en estado de anomia.

Argentina, mi país, donde sus habitantes padecen las pesadillas rutinarias de décadas, instaladas bajo presión por los conocidos de siempre. Olvidar lo esencial esclaviza. Nada sucede a destiempo y el lenguaje es el instrumento del que hago uso y abuso, para describir la realidad obtusa que experimentamos.

El lenguaje es la base de la narrativa que podría ser de utilidad para asimilarse a una propuesta plural, profundamente antipolítica y por ende, antiautoritaria, en formato performativo.

La brutalidad, bestialidad y la ignorancia no tienen límites… La legitimidad importa cuando las instituciones importan. Y lo que aquí se está desmantelando es la institución misma. Provocación, una poderosa forma de desafiar lo establecido y exponer las trampas de una cultura de la cancelación, que, en afán simulado de inclusión, termina excluyendo…

Es concreto y real, que, ya nada importa, solo GH porno, diseño kitsch, cosmiatría al instante, polos gourmet, replicados en toda la geografía del país y llegar a ser, por indicación del lumpenaje gobernante, líderes de opinión, sin opinión… Silencio, mecanismo que a través de la historia demostró eficacia para restringir libertades civiles.

Silenciamiento, que perpetúa actos delictivos de gobierno totalitario, en acto de violentar, humillar, sojuzgar con crueldad sin antecedentes a una ciudadanía dócil. Terreno fértil para instalar una dictadura, represiva, neofascista, que oculta información esencial, sobre los mafiosos que a plena luz, roban, delinquen, trafican, fugan, con la ayuda de personajes siniestros, los filántropos del genocidio, que consuma en este milenio, información esencial, que jamás recibiremos, porque alguien pagó el precio del silencio…

Por supuesto que ya no existen canales informativos como para que la comunidad mundial acceda a la verdad de lo acontecido; las puertas se han cerrado y los límites se han roto.

Tenemos una necesidad vital de ilusiones. Hoy vivimos en una época en la que las ilusiones se han derrumbado, como todo lo instituido por talentos que construyeron una cultura en términos humanísticos, sin aversión por las diferencias, solo avanzar sobre la incertidumbre, logrando victorias que hicieron que en el siglo XX nos hayamos elevado en el espacio de la salud, de la vida en libertad, hoy eliminada.

Pues estos logros no son de importancia para el voraz capitalismo, que experimentando el peligro de extinguirse, acudió a sus rutinarias fórmulas de instalar guerras genocidas inventadas, colonizaciones en territorios parias, sin valor de enfrentar el peligro que acecha, la exclusión al diferente, a quién disiente y enfrenta al poder omnímodo de las bestias, que rigen y dictan en el mundo, hoy.

La equidad se ha derrumbado, la solidaridad se ha derrumbado, la justicia social del Estado se ha derrumbado. Todas estas instituciones se han derrumbado, todas estas ilusiones, todas estas historias que, sin embargo, nos hacen vivir. Los derechos humanos son una historia que debemos salvaguardar.

Debemos saber que son una historia, que no existen en la naturaleza, pero es algo que hemos sido capaces de imaginar y que debemos salvaguardar con todo nuestro cuerpo.

Y así, cuando estas instituciones se derrumben, porque la sociedad se reinventa, se transforma, debemos tener el valor de reivindicar el amor por las ilusiones, debemos saber construirlas con cuidado para conquistar un mundo para todos, ofreciendo en actos de vida, aperturas.

El gran reto actual para el pensamiento filosófico, en general para construcción de conceptos es utilizar la inteligencia artificial en clave crítica. Aprender a utilizar estas herramientas que pronto serán la estructura de nuestra existencia de manera nueva porque de lo contrario nos encontraremos delegando el ejercicio del pensamiento.

El abuso de información expande la ignorancia, con la ilusión de eliminarla. Si tenemos que hacer una nueva filosofía hoy, debemos construirla con suma urgencia, porque si no lo hacemos, ya no tendremos posibilidad de ampliar el horizonte del conocimiento elevado a símbolo, pues perderemos la capacidad de comprender las razones y formas en que se manifiesta el pensamiento.

Así que, si aceptamos este reto hoy, debemos tener el valor de utilizar estas herramientas de manera crítica, en tendencia performativa, desafiante, especialmente desafiante hacia nosotros mismos.

Debemos aprender a navegar océanos de incertidumbre a través de archipiélagos de certezas. Y para ello, por supuesto, tenemos que averiguar cómo conectar nuestros conocimientos. Debemos utilizar este tiempo para superar lo que somos, para convertirnos en otra cosa de lo que somos, y al final esa es la única forma real de volver a ser, en el más estricto sentido ontológico.

Celebrarse cada día, pues nada se compara con el encanto de un ser, que no esconde ninguna de sus ideas y puede expresarlas sin la menor necesidad de ofensa, sino con naturalidad y gracia ‘suma’, este rol intenten practicarlo siempre, con la espontaneidad de la emergencia…

Y no dejo de agregar a este alegato casual, que en Argentina, mi país, debe librarse la Batalla Cultural, en el espacio del humanismo revolucionario, que fue dejado de lado por el progresismo burgués y el neofascimo genocida cipayo, que usurparon, mutando la idea y concepto de la batalla cultural, disputada por conservadoras vetustas ideologías, asimilando contenidos vacuos, discursos neofascistas 100 por ciento económicos, con ignorancia supina e insensatez, que devienen en nefastas consecuencias, que ya apreciamos, socio-culturales que ocasionará este proceder distópico y oportunista, siempre al margen de lo que debe ser el humanismo practicante, y siempre iconoclasta…

He intentado ver cómo podía desarrollar las ideas que he llevado a cabo en mi obra performativa, cuándo en Argentina, no se tocaba el tema, más, se desconocía que significaba el término «performance», el cual la he asimilado a mi obra filosófica, poética, periodística incluso, era preciso accionar en totalidad, mi vida es una performance devenida en todo lo narrado, a lo que he bautizado en plena década de los /70: la sociedad de la performance.

Mientras en Francia el visionario Guy Debord inaugura, en idéntico tiempo y espacio, su filosofía sobre La Sociedad del espectáculo, tan premonitoria… Ambas Sociedades podían haber operado conjuntamente, logrando torcer el rumbo que tomaba la pobre historia de la humanidad, miserable en sus fines.

Se precisa en este presente degradante, el amanecer de nuevos dioses, en los cuales no precisamos creer, solo acudir performativamente cual placebo a ellos, refundar mitos, en los que, por ejemplo, razono sobre las similitudes entre este momento histórico, en el que se produce una grieta entre la escritura y lo artificial, y el momento histórico del nacimiento de la filosofía, en el que se produjo una grieta entre la oralidad y la escritura, muy similares.

¿Qué podemos aprender de lo que hicieron los tan denostados sofistas? Que en realidad eran extraordinarios, sobre todo la primera generación de sofistas, para, por ejemplo, hacer ejercicios como la antilogía, que consiste precisamente en ser capaz de plantear tesis contrarias a la propia.

Y no olvidar que la expresión es parte de la vida misma, la última parte de cada ciclo… Y todo así en eterno se transforme, aún en nuestra ausencia carnal… Siempre en ritmo performativo, con el erotismo presente, el deseo devenido en placer consumado, donde se construye el porvenir y se modifica el pasado, de la simultaneidad…

Simultaneidad de la conciencia, de la historia, de la cultura, de la vida social, que se explicita existencial y políticamente, hoy, en el montaje en ritmo IA, donde nosotros, sujetos del destino, en nuestras prácticas de relación, no nos encontremos fuera, sino dentro de los términos de la ecuación.

“Mi historia será importante y la cicatriz que dejó en la cara del mundo tendrá sentido. No puedo olvidar que estoy haciendo la historia, una historia paralela, que corroerá toda la historia sin sentido. No me considero un libro, un informe, un documento, sino una historia de nuestro tiempo”. (Fragmento de mi novela Morbi Dei, Editorial Corregidor).

(*) Filósofo (Cambridge, Inglaterra), poeta, performer, ecologista, artista y periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del «Manifiesto de los indignados contra el neoliberalismo» año 2011. Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), «Biography of the year Award» Historical Preservation of America (1986), «Man of the Year» IBC Cambridge 2004, Honoris Universidad de Bologna, Nominado en dos ocasiones a la Beca Guggenheim. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

Editor: EM