Opinión

Lo que el cambio climático nos está provocando hoy

Por Dr. Antonio Las Heras.- ¿De qué manera afectará al sistema neuronal el hecho de estar sometido a una temperatura fuera de lo normal por períodos extensos. ¿De qué manera esto puede causar problemas cognitivos, por ejemplo?

Comentarios sobre el llamado “cambio climático” es algo que se ha convertido en hecho normal, cotidiano, en los medios periodísticos así como en las redes sociales.

Empero, para la gente, sigue pareciendo algo lejano, cosas que – tal vez – puedan afectar en un futuro. Futuro cercano; pero algo del futuro finalmente. Y no es así.

En efecto, los cambios climáticos –bastante repentinos, digámoslo también– ya están sucediendo en todo el planeta y eso implica modificaciones que tendrán lugar de un momento para el otro; no se trata de procesos que llevan tiempo para advertirse, de todas las índoles. Afecta a los vegetales. Afecta a las especies animales. ¡Y también afecta la vida humana.

En Hawai, por ejemplo, la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas ha provocado la aparición de especies invasoras, que antes no existían o eran poco habituales en la zona. A la vez, los incendios que, están ocurriendo y ya provocaron la muerte de decenas de personas, a más de la destrucción de arboledas y la huida hacia otros rumbos de animales diversos. ¿Qué ocurrirá, entonces, en lo venidero inmediato? Está por verse.

La crisis climática amenaza el canal de Panamá. Se debe a la falta de lluvias motivadas en las modificaciones de las pautas meteorológicas; lo cual está ralentizando el tráfico de buques que trasladan mercancías hacia uno y otro lugar del mundo. Ya, en lo concreto, afecta a costos y precios de los productos transportados. Por esta misma razón de la falta de lluvias, Uruguay tuvo –hace apenas un par de meses– una difícil situación que afectó a los residentes en la ciudad de Montevideo y aledaños. En un momento, disminuyó casi totalmente la provisión de agua potable.

Durante 2022, la sequía también provocó complicaciones en el movimiento de los barcos que utilizan la ruta fluvial más importante de China –el río Yangtsé– situación que obligó a las empresas a trasladar sus mercancías a los puertos chinos por carretera, ocasionando un inesperado e imprevisto aumento del costo de los fletes. Algo que, finalmente, debe ser solventado por los clientes.

En los Estados Unidos ocurrieron hechos similares. Por ejemplo, el río Misisipi fue clausurado –aunque brevemente – durante algún tiempo del otoño boreal, debido a los bajos niveles del río. Nuevamente, aumento de costos.

No hay necesidad de ir tan lejos para advertir las repentinas e inesperadas modificaciones que ocasiona el clima actual. Vamos a dos ejemplos tomados de la misma Ciudad de Buenos Aires.

Comentarios sobre el llamado “cambio climático” es algo que se ha convertido en hecho normal, cotidiano, en los medios periodísticos así como en las redes sociales.

Empero, para la gente, sigue pareciendo algo lejano, cosas que – tal vez – puedan afectar en un futuro. Futuro cercano; pero algo del futuro finalmente. Y no es así.

En efecto, los cambios climáticos –bastante repentinos, digámoslo también– ya están sucediendo en todo el planeta y eso implica modificaciones que tendrán lugar de un momento para el otro; no se trata de procesos que llevan tiempo para advertirse, de todas las índoles. Afecta a los vegetales. Afecta a las especies animales. ¡Y también afecta la vida humana.

En Hawai, por ejemplo, la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas ha provocado la aparición de especies invasoras, que antes no existían o eran poco habituales en la zona. A la vez, los incendios que, están ocurriendo y ya provocaron la muerte de decenas de personas, a más de la destrucción de arboledas y la huida hacia otros rumbos de animales diversos. ¿Qué ocurrirá, entonces, en lo venidero inmediato? Está por verse.

La crisis climática amenaza el canal de Panamá. Se debe a la falta de lluvias motivadas en las modificaciones de las pautas meteorológicas; lo cual está ralentizando el tráfico de buques que trasladan mercancías hacia uno y otro lugar del mundo. Ya, en lo concreto, afecta a costos y precios de los productos transportados. Por esta misma razón de la falta de lluvias, Uruguay tuvo –hace apenas un par de meses– una difícil situación que afectó a los residentes en la ciudad de Montevideo y aledaños. En un momento, disminuyó casi totalmente la provisión de agua potable.

El saber interior que guía nuestra vida

El saber interior que guía nuestra vida

Durante 2022, la sequía también provocó complicaciones en el movimiento de los barcos que utilizan la ruta fluvial más importante de China –el río Yangtsé– situación que obligó a las empresas a trasladar sus mercancías a los puertos chinos por carretera, ocasionando un inesperado e imprevisto aumento del costo de los fletes. Algo que, finalmente, debe ser solventado por los clientes.

En los Estados Unidos ocurrieron hechos similares. Por ejemplo, el río Misisipi fue clausurado –aunque brevemente – durante algún tiempo del otoño boreal, debido a los bajos niveles del río. Nuevamente, aumento de costos.

No hay necesidad de ir tan lejos para advertir las repentinas e inesperadas modificaciones que ocasiona el clima actual. Vamos a dos ejemplos tomados de la misma Ciudad de Buenos Aires.

Una familia que vive en el barrio de Villa del Parque, nos comenta que –desde hace 8 años– tiene un sapo en el jardín de su casa. Un sapo común, que uno de sus hijos encontró en la calle y llevó cuando era un pequeño animal. El sapo creció y vive en ese jardín. Cada año, al acercarse el invierno el batracio desaparecía. Obvio. Estaba invernando. La familia inclusive conoce el lugar del jardín dónde quedaba refugiado hasta la llegada de la primavera. Pero, este 2023, sucedió una novedad. El sapo siguió activo durante los meses de junio, julio, agosto y sigue haciéndolo en este setiembre. Se lo puede encontrar desplazándose entre la vegetación en las noches o acomodado en un pequeño reservorio de agua que allí hay.

Es entendible que, dado que en estos meses ha habido tantos días calurosos, los mecanismos internos del sapo no le hayan indicado hibernar. Y así ha de haber ocurrido con todos los miembros de su especie. Preguntémonos, ¿cómo afectará esto al animal en adelante? ¿Cómo está afectando a otros animales?

El segundo ejemplo se encuentra a la vista de todos quienes sean buenos observadores. Árboles de hojas caducas empezaron a ponerse verdes fuera en junio, julio o agosto. Otras especies florecieron en julio en lugar de hacerlo en primavera. ¿Cómo les afectará esto en su natural desarrollo?

Esto ya está pasando. Y no son temas menores. La Ciencia no puede prever con certeza la manera que tales cambios repentinos de vida puede afectar a las especies de aquí en adelante.

Y finalmente, ¿acaso los humanos –aunque no le estemos prestando atención– no estamos siendo afectados también? ¿No da lugar todo esto a cambios, tanto físico/químicos en nuestro cuerpo como de algún tipo en el psiquismo? ¿No afecta al psiquismo humano un clima diferente al que la persona ha tenido por habitual durante su vida?

En el hemisferio norte se dieron temperaturas mucho más elevadas que las habituales. Y no por un día o dos, sino por períodos mucho más prolongados. ¿Cómo afecta esto a los humanos?

Conversando con el Prof. Dr. Ángel Alonso, prestigioso médico, actualmente presidente de la Sociedad Científica Argentina e integrante de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, pone en el tapete algo que no ha sido dicho y que es muy relevante. Este científico se pregunta de qué manera afectará al sistema neuronal el hecho de estar sometido a una temperatura fuera de lo normal por períodos extensos. ¿De qué manera esto puede causar problemas cognitivos, por ejemplo?

El cambio climático no es un acontecimiento que puede ocurrir en algún momento. Es algo que ya está con nosotros y afecta a todo cuanto ser viviente hay en la Tierra.

Requiere que estemos alertas. Y nos ocupemos del asunto de inmediato.

* El autor es Doctor en Psicología Social. Magister en Psicoanálisis, filósofo e historiador. alasheras@holtmail.com