“Leyenda de la Telesita y el Evaristo el nuevo libro de Martín Coria
(EM).- Martín Coria es un destacado actor argentino del cine y la televisión, autor, director y dramaturgo.
Comenzó en cine en 1972 con la película Operación Masacre en el rol de un policía, dirigida Jorge Cedrón, protagonizada por Norma Aleandro y Carlos Carella. Trabajó en más de cuarenta películas, siempre con roles de reparto, entre ella se pueden destacar Los traidores, Proceso a la infamia, Sentimental (requiem para un amigo), La casa de las siete tumbas, Camila, La noche de los lápices, Expreso a la emboscada, El caso María Soledad, Eva Perón y Gallito ciego. Trabajó bajo la dirección de grandes directores de la talla de María Luisa Bemberg, Héctor Olivera, Sergio Renán, Raymundo Gleyzer, Pedro Stocki, Juan Carlos Desanzo, Santiago Carlos Oves, Jorge Cedrón, Pablo Solarz, entre muchos otros.[3]
La televisión le brindó un espacio donde pudo lucirse en papeles generalmente de villanos. Intervino en ciclos como Los especiales de ATC, Como pan caliente, Alén, luz de luna, Cara a cara, Yago, pasión morena, Culpables, Mil millones, Casados con hijos, Padre Coraje, Cabecita y Los Simuladores.[4] Se hizo recordado también por sus papeles en Más allá del horizonte y en Naranja y media.[5]
En teatro se lució en piezas como Barranca abajo, El zorro y el tesoro de la montaña azul, Nunca será igual con otro, De organitos y loros y Uno nunca sabe.
El prestigioso intelectual, Dr. Antonio Las Heras en el prólogo de obra, escribe:
“La lectura de este libro “Leyenda de la Telesita yel Evaristo”, escrito por Martin Coria nos transporta a esencias que hacen a los fundamentos del entramado de dos culturas: la
de los pueblos originarios y la europea. El autor consigue, con su singular escritura, una significación – y, por supuesto, intensa simbología – que traslada a tiempos intuidos, imaginados y vívidos.
Martín Coria escribe; pero su texto trasciende las letras. Lo que logra son reales pinceladas. Verdaderas fotografías. Visiones que permiten sentir que uno esta presente – a veces como mero testigo; otras como protagonista – en aquello que está aconteciendo.
Lo mágico está aquí siempre presente. Entendiendo por mágico aquello que la Ciencia no puede explicar. Así, por ejemplo, leemos: “En ese preciso momento el cielo pareció abrirse, y en la oscura madrugada cayó una luz azul sobre la Telesita y su perro. Y empezó a alzarlos a los dos. La luz los llevaba a los dos.
Nadie parecía ver ese portento.
Sólo el hombre que había llegado con unos sobrevivientes y
la había ayudado a salir del fuego se había quedado a su lado, y pudo ver como la luz se los llevaba.”
Cada lector sacará sus conclusiones sobre cuál pudo ser la naturaleza de esa luz.
Y es fundamental que así sea, pues lo que puede llamarse la “dimensión mágica” resulta inherente a
la realización de la vida humana. Negarla, ocultarla, dejarla pasar es una manera de minimizar esa tan inmensa verdad que afirma: lo humano es a imagen y semejanza del Creador; tal como sostienen las religiones y credos.
El recorrido del texto permite conocer formas de vida que fueron usuales en otros tiempos – no
tan lejanos – y que, a la vez, aún perviven en algunos lugares de la Argentina de hoy. Si bien la novela está situada en la provincia de Santiago del Estero, puede apreciarse que el
relato va más allá de los límites geográficos para ingresar en lo que el sabio suizo Carl Gustav Jung (1875/1961)
denominó “lo Inconsciente Colectivo.” Es que, rápidamente, tras haber superado las primeras páginas, se advierte que lo que el autor está haciéndonos transitar es – sin duda alguna – una epopeya mítica. Allí van sucediéndose el
Héroe Solar, la Dama Mágica – como ha de serlo toda mujer arquetípica – la bruja, la Gran Madre, el Anciano Sabio, la Sombra y tantos otros.
Es más, Coria nos lleva mucho más allá del mero conocimiento; permite una inmersión conmovedora en la sabiduría misma. Es que la obra supera, con inteligencia, las limitaciones a las que está acostumbrada la persona del siglo XXI, para desplegarse en lo que, realmente, importa: lo trascendente. El alma, lo espiritual; lo que hace al despliegue de la verdadera condición humana. Amplios espacios muy poco tenidos en cuenta hoy, con todo el desarrollo científico y tecnológico que hay; pero que fueron objeto de atención plena en las culturas
originarias. Hay en esto, además de un gran acierto por parte del autor, una posibilidad de auto indagación que la
obra permite a quien atraviese estas páginas.
Parafraseando a Manuel Puig (escritor argentino, 1931/1990), quien tituló “Maldición eterna a quien lea estas páginas” podrá decirse aquí “Bendición eterna a quien transite esta lectura. “Bendición – fuera de toda connotación religiosa – en el sentido de atravesar por emociones y vivencias que interrogan sobre la real esencia humana y el sentido vital de la existencia.
En la línea que legaran José Hernández con su “Martín Fierro”, Ricardo Güiraldes con “Don Segundo Sombra” y Ernesto Sábato con “Sobre héroes y tumbas”, este libro de Martín Coria permite reencontrarnos con aquellos orígenes, profundos y, precisamente por ello, fundantes.
No será el lector el mismo cuando haya concluido la lectura de esta obra.”
Una edición de Sudameris Libros / La Música y la Cultura del Hombre Americano
Edición rústica.