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Javier Marías Franco: Escribo a tientas procurando hacerlo lo mejor posible

Por Andrea Fruttero.- El escritor español más perfecto, proustiano y shakesperiano, estaba convencido que la literatura es como “una cerilla encendida” en un campo nocturno: no ilumina nada, pero permite ver cuanta oscuridad hay alrededor.

El escritor español más perfecto, proustiano y shakesperiano, estaba convencido que la literatura es como “una cerilla encendida” en un campo nocturno: no ilumina nada, pero permite ver cuanta oscuridad hay alrededor.

  Una neumonía bilateral por COVID-19 lo arrancó del mundo, el escritor, traductor y editor Javier Marías tenía 70 años y su muerte – un domingo 11 de septiembre de 2022- pesa en el mundo de las letras.

Javier Marías era un escritor notable por su perfección técnica, su experimentación narrativa, un irónico constructor –o mejor “tejedor”- de personajes perplejos que generaban contraste entre la realidad, la apariencia y la memoria. Un buscador constante de nuevas fórmulas literarias en cada obra, fue una voz absolutamente personal dentro de la narrativa española. De español solo la lengua, Marías tiene tan ricas construcciones sintácticas y un léxico tan exquisito patrimonio de elegancia formal que hunde sus raíces en el Siglo de Oro.

Sin lugar a dudas fue uno de los máximos exponentes de esa nueva filiación cultural fuera del ámbito ibérico, oponiéndose de forma directa al pomposo amor por la patria que predicaba el régimen de Francisco Franco. Fue un reivindicador de una creatividad libre de obligaciones testimoniales, tanto en la elección de temas como en los elementos expresivos.

De sangres y prosapia.

Javier Marías Franco, había nacido el 20 de septiembre de 1951 en Madrid, fue el cuarto de cinco varones de la escritora Dolores Franco y del filósofo Julián Marías.  A su padre encarcelado y represaliado por ser republicano, se le prohíbe dar clases en la universidad franquista por negarse a firmar los principios del “Movimiento”. Así, Javier María pasa parte de su infancia en Massachusetts (EE.UU), cerca del Wellesley College donde su padre da clases. Viven en la casa del poeta Jorge Guillén, en cuyo piso superior reside el escritor ruso Vladimir Nabokov, quien también da clases en el Wellesley. Con cuatro años pasa una temporada en New Haven, Connecticut, mientras su padre da clases en Yale.  Sus recuerdos de infancia están unidos a la nieve en América y a los tranvías y carros en Madrid, a las clases que daban sus padres en su casa a estudiantes extranjeros y a las visitas de amigos intelectuales. A los once años empieza a escribir y a los quince termina su primera novela “La víspera” que nunca quiso publicar.

El 1968 ganará algún dinero traduciendo guiones para su tío, el director de cine Jesús Franco. Escribe un guion corto Gospel que dirige su primo Ricardo Franco, basado en el cuento del mismo título que aparece incluido en la posterior novela Los dominios del lobo, que termina en 1970. Se hace amigo del poeta Vicente Aleixandre y lo visita periódicamente en su casa de la calle Velintonia.

Se licenció en Filosofía y Letras y Filología Inglesa en la universidad Complutense de Madrid donde ejerció como profesor y también en universidad de Oxford, Inglaterra.

En 1980 la editorial Alfaguara publica su traducción La vida y las opiniones del caballero Tristam Shandy de Laurence Sterne y gana el Premio Nacional de Traducción por dicha obra. Comienza a escribir los primeros artículos para El País, colaborando hasta poco antes de su muerte.

Traduce magistralmente a Robert Lois Stevenson y Joseph Conrad para la prestigiosa editorial Hiperión de Madrid. A parece su cuarta novela : El siglo.

Su vida transcurre entre Oxford, Londres, Madrid, Barcelona y Venecia, donde escribe El hombre sentimental y que gana el premio Herralde de Novela, publicado por Anagrama de Barcelona.

Promediando los noventa publica Todas las almas, ganadora del Premio Ciudad de Barcelona.

En 1992 publica Corazón tan blanco, novela en la que inicia una nueva vía en la que la memoria y el detallismo se funden para investigar sobre lo que se esconde en el ser humano. Esta novela le proporcionó prestigiosos premios literarios, además obtiene un éxito unánime entre la crítica española y lo consolida como uno de los mejores de su tiempo. Premio Fémina, en Francia y Premio Internacional Impac Dublin. También gana  el premio de la crítica y el Prix L’Oeil et la Lettre.

En 1994 aparece Mañana en la batalla piensa en mí,  y en septiembre publica Negra espalda del tiempo. Le conceden el premio Fastenrath por la primera novela y el premio Rómulo Gallegos por la segunda. Es el primer español que gana este galardón concedido por un jurado latinoamericano.

Las traducciones de sus obras se elevan a 50, repartidas en 18 países.

El 6 de abril de 2011 publica Los enamoramientos, una obra sobre la impunidad y la ambigüedad de los sentimientos por la que obtiene el Premio Nacional de Narrativa 2012, en 2013 recibe el Premio Formentor.

RAE

El 29 de junio de 2006 fue elegido miembro de la Real Academia Española, desde el 2008 ocupará el sillón “R”*.

El cascarrabias Javier:

A menos que haya circunstancias excepcionales, siempre tenía un cigarrillo prendido en la mano. Muchas veces llegó a rechazar honores e invitaciones en el extranjero porque ese tipo de excursiones como el avión, el hotel, el auditorio, tendría que abstenerse de fumar. En su juventud fue guapo como las estrellas de cine; sus amigos  refieren a su estilo de vida como una soltería llena de energía. Era cálido atento, encantador. Era un hombre de la tarde, se despertaba normalmente a las once de la mañana. Después de su almuerzo regresaba a su escritorio a escribir, a la cena con amigos lo que llamaba “mi tiempo”, y de ahí a escribir, escuchar música o ver cine hasta las tres o cuatro de la madrugada.